jueves, 10 de junio de 2010

Las estupideces del Mundial

Cada cuatro años, en caso de que participe México, el jolgorio pambolero se apodera de nosotros. Con tal de no perdernos el Mundial y no fallarle en los apoyos a la Selección recurrimos a una serie de decisiones que jamás tomaríamos en otros momentos de la vida. Algunas efectivas, otras osadas y las que podrían considerarse como normales. Sin embargo, hay unas que resultan estúpidas y ridículas, por no decir inexplicables. Aquí una lista de ejemplos:

1.- Sabiendo que la chaviza estudiantil de la secundaria y la preparatoria están en la parte inicial del rito futbolero, la Secretaría de Educación Pública (SEP) programa una serie de puentes a lo largo del año y no toma en cuenta el Mundial. ¿Por qué hacer exámenes en la Copa del Mundo y no dar esos días de asueto en vez de días festivos tan obsoletos como el Día del Cacahuate o el Día de la Calabaza?

2.- Con bombo y platillo bares y restaurantes anuncian una serie de promociones para hacer sentir a sus clientes como reyes mundialistas. Órale, está bien. La bronca viene cuando uno se da tinta de sus mentadas promociones. “Durante los partidos la cerveza al 2 por 1. Antes y después de los juegos a mitad de precio”. “Por cada gol de México, un tequila gratis. Aplica solamente a partir de cuartos de final y en caso de obtener un triunfo”. Pero esta es una de las mejores: “disfruta el México-Francia amenizado por la voz inigualable de Ameno Richards y su repertorio de boleros”. ¡Háganme el favor!

3.- Los desubicados que piden días de descanso o vacaciones sin haber consultado el calendario mundialista. Creyendo que se han anticipado a todo mundo, planean su itinerario para disfrutar los partidos y ¡oh sorpresa!, cuando se dan cuenta falta una semana para la Copa del Mundo o bien ya pasó.

4.- Los enamorados o arraigados de las tradiciones y costumbres mexicanas que deciden casarse, bautizar al niño o programar la primera comunión en pleno Mundial. Al ver que pocos invitados asisten a la pachanga se ofenden. ¿Realmente quiénes son los ofendidos?

5.- La música utilizada para los festejos. De haber conseguido un triunfo, los mexicanos nos abalanzamos al Ángel u otra plaza que albergue a la marabunta. La cosa se pone fea cuando hay quienes abusando de su poder insisten en poner la canción “México”, de Timbiriche, como el himno de la victoria. Vergonzoso, grosero y retrograda, sin duda.

6.- Los novios y novias que deciden ponerle punto final a una relación en estas fechas. A buena hora se les ocurre darse cuenta de que nomás ya no. Un suplicio es para los amigos y familiares del tronado, pues solamente resulta incómodo. ¡Uy, y si es sensible peor! Ahí anda con la lágrima y la tatema cabizbaja exigiendo auxilio, cuando el riesgo lo corremos los pamboleros. Mi vida ya no vale nada / Sí, qué bueno / Me gana el recuerdo de lo que fue / Ya nos des lata / No nací para amar / Por tu culpa ya no vi el gol. Ya cállate.

Si saben de alguna otra, échenla.

No hay comentarios:

Publicar un comentario