1. Una fotografía reúne a los personajes del poder ejecutivo y
legislativo -del PRI- que dominarán en política nacional a partir del 1
de diciembre. El regreso del PRI a la Presidencia, después de dejársela
encargada al PAN 12 años, da la impresión (por sus 71 años anteriores de
gobierno) que otra vez llegó para quedarse. La realidad es que el PRI
cogobernó con el PAN en los últimos tres años de Vicente Fox y protegió
cuanto pudo el arribo y los seis años de Calderón. En síntesis: el PRI
sólo dejó el gobierno “un momento” porque su estructura política siguió
imponiéndose electoralmente. ¿Cómo lo ha hecho? Usando esa gran
estructura piramidal para comprar votos, conciencias y repartiendo
dinero, tarjetas, regalos y realizando promesas muy concretas de
trabajo.
2. Enrique Peña Nieto, el próximo presidente, era un
político conocido exclusivamente en su estado natal, por ello no tiene
cultura ni mucha experiencia política; pero realmente no la necesita
porque se rodeará de cientos de asesores y de políticos del aparato del
PRI que cuentan con los conocimientos suficientes. Sin embargo, por
encima de cualquier cultura o experiencia están los intereses que se van
a defender, la ideología que se tiene a cerca del país. Todos los
políticos hablan siempre de que su objetivo es servir a México, a los
millones de seres humanos que viven en este país, pero siempre sirven a
otros: a los empresarios que tienen más poder y fuerza para imponer sus
intereses ¿Cuánta presión pueden ejercer los pobres y miserables para
obligar a Peña a inclinarse por ellos?
3. Los gobiernos
neoliberales (PRI y PAN) de los últimos 30 años protegieron el enorme
crecimiento del poder empresarial, particularmente el de los grandes
monopolios de Televisa, TV Azteca, Teléfonos, de los bancos y de los
dueños de minas. Peña Nieto, se sabe, no será su simple aliado sino
directamente su presidente. Si bien la llamada Revolución Mexicana
concluyó sus tareas en los años 40, ha sido tal su regresión que los
empresarios han conquistado totalmente el poder económico y político.
Los políticos son ahora sólo sus administradores y podrán deshacerse de
ellos cuando deseen. La izquierda no fue capaz de lograr avances porque
el poder capitalista -así como la iglesia- ha sido más hábil para
acomodarse por encima de cualquier circunstancia.
4. Los
gobiernos mexicanos, hasta el fin de la guerra mundial en 1945,
sobrepasaron en fuerza y poder a los grandes empresarios; pero desde el
gobierno de Miguel Alemán –con el apoyo de éste- los grandes empresarios
comenzaron a sacar las cabezas. Durante el sexenio de Echeverría
Álvarez, tanto los de Televisa como los Garza Sada de Monterrey, se
confrontaron, pero al finalizar la Presidencia López Portillo –fuertes
ya en capitales y maduros en política- los poderosos empresarios,
encabezados por Clouthier, exigieron poder dentro del gobierno y lo
lograron con creces. Podría demostrarse que la “estatización de los
bancos” fue la campanada con la que los políticos fueron subordinados
por los empresarios. De Salinas a Peña Nieto, los empresarios son el
poder tras el trono.
5. Los gobiernos de Obregón, Calles,
Cárdenas –éstos eran jefes revolucionarios de las clases medias- se
encargaron de educar y organizar a los empresarios, aún ignorantes en
política y no poderosos. Sin embargo la clase política, en su proceso de
hacerse clase adinerada, se encargó de organizar y legislar a los
obreros (CROM, CTM) y a los empresarios (Cámaras patronales) para que se
unan “como clase en conjunto y por el progreso del país”. Aquellos
gobernantes de los años veinte y treinta mantuvieron muchos márgenes de
independencia y tuvieron fuertes choque con los yanquis, tales como los
Tratados de Bucareli, el fin de la guerra cristera o la expropiación
petrolera. Fue el período agrario, del llamado nacionalismo y cierto
antimperialismo.
6. El PRI regresa al gobierno para consolidar
su dominio político en el país. No existe ningún “nuevo PRI” como dice
la propaganda, aunque sí un grupo de jóvenes de edad con características
de “juniors” acompañados de bancadas de los medios de información, en
particular, televisa. Es claro que están repitiendo la misma estrategia y
táctica de control de sus padres políticos y abuelos. El PAN y el PRD
se disfrazarán de opositores, pero no se confrontarán con el poder
porque saben que perderán mucho. La esperanza es que el lópezobradorismo
comience a actuar, real y efectivamente, en apoyo de todos los
movimientos sociales que no son muchos, pero pueden multiplicarse al ver
que no están solos. ¿Estaremos preparados las izquierdas y los
trabajadores para resistir y pasar a la ofensiva?
No hay comentarios:
Publicar un comentario