Estados Unidos dio su desaprobación a todo aquel que se oponga a él, como siempre. Les dijo a Rusia y a China que “podrían llegar a lamentar” su decisión de vetar la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU sobre Siria.
Lo que busca Occidente es hacer que Al Assad, presidente sirio, abdique, cosa que este señor no quiere hacer.
Susan Rice, embajadora gringa, apoyó la
opinión de Hillary Clinton que califica esta decisión como “una parodia”
(chinos y rusos contra los gringos, un clásico). Mientras se sacan los
pelos en la ONU, USA cerró su embajada en Damasco, pero las relaciones
diplomáticas continuarán.
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