Las observaciones llevadas a cabo mostraron que en generaciones
posteriores los cambios genéticos que provocaban las malformaciones
estaban presentes en una proporción creciente. Concretamente, en un 34% en la tercera generación de mariposas y en un 52% en mariposas seleccionadas seis meses después
del desastre. Para Joji Otaki y sus colegas no cabe duda de que la
radiación liberada de la planta de Fukushima Daiichi dañó los genes de
estos insectos. No obstante, para saber si otros animales se han visto
afectados de un modo parecido harán falta experimentos similares para
cada especie. Por otro lado, los científicos creen que harán falta
décadas antes de que la zona que rodea a Fukushima pueda volver a ser
habitada por la población sin riesgos para la salud.
El accidente de la planta nuclear de Fukushima, cerca de Japón, ha causado mutaciones genéticas
al menos en tres generaciones de mariposas, según revela un estudio de
la Universidad Ryukyo en Okinawa que acaba de publicar la revista Nature. Entre las mariposas azules de la especie Pseudozizeeria maha, muy común en el país nipón, descubrieron que el 12% de las que estaban en estado de larva durante el desastre ocurrido tras el sismo el 11 de marzo de 2011 tenían las alas mucho más pequeñas y los ojos irregularmente desarrollados.
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