jueves, 6 de septiembre de 2012

Neoliberales de México: nuestros bastardos

Lo que se ha olvidado generalmente en la disputa por la victoria de Peña Nieto es que las políticas que proyecta son casi exactamente las mismas que las impulsadas por el PAN durante los últimos doce años. Como Calderón, las prioridades de Peña serán las reformas laboral, fiscal y energética; todas las cuales favorecerán esencialmente a los gigantes inversionistas extranjeros por sobre las necesidades de la mayoría pobre (y creciente) del país. El PRD, que es ahora la segunda fuerza política en las dos cámaras del congreso, ya ha anunciado su intención de bloquear las reformas.

Peña también continuará el desastre que ha sido la “Guerra contra la Droga” financiada por EE.UU. – con la excepción de unos pocos ajustes estéticos como la creación de una Fuerza Nacional de Policía; reclutada en gran parte del ejército y de la existente Policía Federal. Más allá, se mantendrá la mentalidad de Estado de seguridad de Calderón; atacando a miembros de bajo rango de las bandas (los pobres), a esos molestos defensores de los derechos humanos, y a cualquier grupo que se considere “desestabilizador” del país (elija a su gusto).

La guinda del pastel: el presidente electo ha contratado a la firma de relaciones públicas basada en Washington Chlopak, Leonard, Schechter & Associates para pulir su imagen internacional antes del 1 de diciembre. Los clientes anteriores de la agencia incluyen a Ernesto Zedillo (el último de los dictadores del PRI, acusado actualmente de ser el autor intelectual de la masacre de Acteal en Chiapas en 1997), al ex presidente colombiano Álvaro Uribe, y al régimen golpista hondureño de Roberto Micheletti.

Es oficial, por lo tanto: ¡bienvenido al club de “nuestros bastardos”, Peña!

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