Cuando
estaba en secundaria, hace varios ayeres, recuerdo que acababa de salir
el iPod. Era una caja blanca, con un disco en la carátula que hacías
girar para seleccionar las opciones en una pantalla en B/N que tenías
que poner a la luz solar para ver. Era pesado, con capacidad de unas 300
canciones. Era la moda entre mis compañeros, muchos venían de escuelas
de paga y por ser revoltosos terminaban en la clásica secundaria Federal
##. Yo siempre fui el chavo que se actualizaba en noticias, me
sorprendía los avances de las misiones futuras a Marte, los nuevos
gráficos del nuevo Xbox360 y las noticias innovadoras sobre una nueva
forma de energía. Tenía mi bolita de amigos y platicábamos todo esto.
Era obvio que tenía la fama del “cuentista” y “loco”, contando a todos
los avances imaginarios que nunca llegarían a México.
Un día, los clásicos jodones del grupo (siempre se juntan en bolita,
como una especie ‘superior’) escuchaban del iPod. Yo siempre fui algo
reservado, así que era una víctima perfecta. Se me acercaron y me
preguntaron a manera de chingar: “oye, ¿y es cierto que existe el iPod
con cámara?”. Contesté: “No sé, pero sería una gran idea”. Todos se
rieron, se burlaron, me mentaron la madre y finalmente uno de ellos
dijo: “¡Eres muy pendejo! ¿Cómo le van a poner cámara a un reproductor
de música? Idiota!”. Y se alejaron riéndose.
Pasaron muchos años y ahora un iPod básico cuenta con cámara y
reproductor de música, además han adquirido una serie de aplicaciones
para muchas necesidades que nunca imaginé. Y no sólo el iPod, ahora hay
iPhone y una gama de celulares modernos que cuentan con estas
tecnologías. Mi idea “pendeja” resultó ser el pan de cada día de todos
esos idiotas que me tacharon de loco.
Ese es el problema de México: la gente no sabe imaginar, no sabe
soñar. Están limitados a lo que llega de afuera y se adaptan. Tenemos la
fama de que somos inteligentes, y a todos nos consta. Si encontramos
una forma inteligente o astuta de no trabajar, o trabajar menos, lo
hacemos. ¿Ven? Somos inteligentes, sólo que algunos la utilizan para
mal.
Tenemos un problema de educación y entendimiento de los otros. En las
escuelas prefieren educar a los niños diciendo “5 + 5 = 10″. ¿Y para
qué sirve eso? Y matemáticas es un decir, porque también tenemos la
aburridísima materia de Geografía y ni se diga de la historia de México:
la materia mas aburrida de todas… Pero no lo son, de hecho leer la
historia de México es muy rica en información, tenemos una variedad de
temas, lugares, personajes, que muchos otros países envidian. En lo
personal, tuve maestros pésimos para esta materia, pero sólo uno de
ellos me enseñó su valor: mi papá. Solía platicarme las hazañas de los
héroes, incluso me pintaba el panorama durante las guerras y las
decisiones de los generales ante las cosas, o sea, el por qué de los
eventos. Siempre sacaba 10 en historia. incluso les hacía preguntas a
los profesores y me daban la vuelta para no contestarla. Pero yo aprendí
Historia diferente: la imaginaba, era una película en mi mente.
Sin embargo, no sabemos soñar ni imaginar porque estamos
acostumbrados a que todo nos lo dan hecho y somos flojos para buscar
algo nuevo. Y lo peor de todo es que lo sabemos y lo ACEPTAMOS. Si les
preguntara cómo describirían a una señora de barrio con educación hasta
la secundaria, ¿qué contestarían? Seguramente “tiene 2 hijos traviesos,
su esposo es panzón y toma cerveza, se la pasa viendo telenovelas de 5 a
9 de la noche (y se parece a doña Florinda)”. Apuesto que muchos
conocen la figura de doña Florinda, entienden rápidamente el chiste.
Otro problema en México es la televisión, que ha jugado un papel
fundamental en México. Ese es un problema masivo en el país, porque
esperamos nuestra ración de “cultura” y “diversión” todas las tardes.
Esto ha ocasionado últimamente una serie de críticas, que es evidente
entre las diferentes culturas mexicanas. Vivimos una transición de
emociones y mentalidades, que son tan radicales que estamos cambiando de
época. Podría decirse que casi es un choque generacional, debido a las
nuevas tecnologías; mientras vivimos un choque cultural, que debido a
estas tecnologías causa que los “viejos” simplemente no aceptan las
ideas de los “jóvenes”, les parece locas, radicales o de mentalidad
inmadura. Lo podemos ver claramente con lo de las elecciones recientes:
“los jóvenes son unos locos que quieren quitar a un presidente no
legítimo. ¿Que no saben que con el sistema no se puede?”. Pues que se
puede se puede, pero se cierran a esta idea de “el sistema”.
Entonces, ¿soñar es de locos? O la pregunta es: ¿soñar es de locos en
México? Ese es nuestro mayor problema, el que nos divide como
compatriotas, algunos sueñan y otros se quedan. Y aquel que tiene
grandes ideas termina en otros países:
1. La televisión a color.
2. Las baterías a fuente de agua.
3. Los estudiantes fundadores, cuando trabajaban en Google fueron asesorado por Héctor García Molina (un mexicano)
4. La píldora anticonceptiva.
5. Concreto translúcido.
Etc. Etc. Etc. Podría enumerar muchos inventos y aportaciones de
médicos, ingenieros, licenciados, incluso técnicos y gente sin
preparación! Pero aquí, en México, aquel que sueña es un pinche loco,
con ideas absurdas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario